Fuente tugranviaje.com / Clemente Corona
Los castillos de España son testigos de la historia y protagonistas de nuestra geografía, donde llegó a haber diez mil construcciones de ese tipo; y además están incrustados en nuestra memoria como lugares fabulosos asociados a reyes, princesas de cuento y leyendas mágicas. Desde cualquier carretera divisamos su imponente estampa oteando nuestros campos y pueblos, y no hay que ser de sangre azul para poder disfrutar de estos auténticos y espectaculares alojamientos reales.
Así, la opción de dormir en un castillo es una de las más interesantes opciones para disfrutar de nuestros viajes por España. Tras las murallas y los fosos, ya no hay guarniciones ni cortes de nobles y sí un marco romántico en el que se dan la mano la mejor tradición y la más rabiosa modernidad. Detalles, atención, oferta gastronómica, parajes de interés cultural y monumental… El encanto del pasado con las comodidades del presente. Historia y wi fi unidos para lograr un objetivo: que disfrutemos de un fin de semana a cuerpo de rey y/o reina.
Si hay una región en la que el castillo es protagonista, esa es Castilla- León. Dormir en una mullida cama con dosel es posible en la Residencia Real del Castillo de Curiel (Curiel, Valladolid), en el que, antes que nosotros, hicieron parada y fonda los reyes Alfonso X el Sabio o Pedro I El Cruel. Levantado sobre un cerro, las impresionantes vistas sobre el páramo vallisoletano y la cocina de su restaurante hacen de este hotel-castillo de 26 habitaciones decoradas con antigüedades una opción perfecta para una escapada vinícola, ya que Peñafiel se encuentra a tan sólo cuatro kilómetros.
También en tierras castellanas se encuentra el Castillo del Buen Amor, (Villanueva de Cañedo, Salamanca), que construido en el siglo XV es hoy un hotel de lujo con 41 habitaciones elegantemente decoradas y toda la calma imaginable en la dehesa salmantina. También en Salamanca podemos disfrutar de una estancia de ensueño en el Parador de Ciudad Rodrigo, en un castillo del siglo XIV. Del hotel, elevado en un tajo sobre la vega del río Águeda y tapizado de hiedra, destaca su imponente Torre del Homenaje.
Nada que envidiar al Loira, la Bretaña o la Toscana: los castillos de Cataluña parecen pensados para el disfrute de los sentidos e inspiración de los artistas… y de cualquiera de nosotros, que caemos enamorados de esa fusión de Mediterráneo, historia y joie de vivre. Desde hace unos años, el Castell d’Empordá (La Bisbal, Girona) se ha posicionado como uno de los castillos con más encanto del mundo.
El Castell d’Empordá es una joya arquitectónica datada en el siglo XIV que aún conserva elementos de un pasado romano, cuenta con 38 habitaciones con espectaculares vistas desde lo alto de la colina, todas ellas decoradas de manera individual, con sedas de la India, y muebles traídos de Italia, Marruecos y China.
La Red de Paradores cuenta entre sus establecimientos con algunas de las mejores joyas de nuestro patrimonio monumental. El castillo de Sigüenza (Sigüenza, Guadalajara) fue residencia de obispos, cardenales y reyes: hoy, sus habitaciones decoradas al estilo castellano son el enclave apropiado para disfrutar de una villa histórica, cercana a bellísimos espacios naturales. En algunas de sus habitaciones podemos disfrutar de camas con dosel: auténticos aposentos reales de un palacio que conserva salones señoriales, idóneos para reuniones y celebraciones, y una capilla románica del siglo XIII.
Con sabor a mar es el castillo de Hondarribia , que mandó construir el rey navarro Sancho Abarca en el siglo X. El castillo, situado en el estuario del río Bidasoa, mantiene la estructura de auténtica fortaleza medieval en un entorno monumental y costero.
El castillo de Alarcón (Cuenca), construido en el siglo VIII, se asienta en un meandro del río Júcar, sobre un promontorio en las lindes manchego-levantinas. El castillo fue escenario de múltiples asedios y revueltas, y hoy podemos deleitarnos con su colección de pintura, que no desmerecería en cualquier museo de arte contemporáneo: Tapies, Redondela, Sempere, Álvaro Delgado o Menchu Gal, son algunos de los pintores presentes en la decoración del castillo.